
Logística y aduanas para vender en Europa del Este: lo que debes saber
¿Te estás planteando llevar tu producto a Rumanía, Bulgaria o Polonia? La buena noticia es que, al ser países de la Unión Europea, no existen aranceles ni aduanas internas. Pero eso no significa que todo sea sencillo: hay normas logísticas, fiscales y de etiquetado que pueden marcar la diferencia entre una entrada fluida en el mercado… o un rechazo en el almacén del distribuidor.
En operaciones B2B dentro de la UE, el IVA suele estar exento en origen, siempre que el comprador tenga un número de VAT válido. Además, si superas ciertos volúmenes de ventas, deberás presentar Intrastat, la declaración estadística de comercio. Son detalles administrativos, pero fundamentales para evitar problemas.
El consumidor debe entender perfectamente lo que compra. Eso significa que tu producto necesita estar etiquetado en rumano, búlgaro o polaco, según corresponda. Si vendes vino o bebidas alcohólicas, recuerda que ahora es obligatorio incluir ingredientes e información nutricional, incluso a través de un e-label o QR.
Aunque no haya aduanas, los envíos viajan con CMR (carta de porte internacional), que protege tanto a la empresa como al transportista. Si tu producto está sujeto a Impuestos Especiales (como el vino o licores), deberás usar el sistema EMCS para declarar cada movimiento.
Carrefour, Lidl, Metro o cadenas HORECA en la región esperan estándares profesionales: códigos de barras GS1 correctos, fichas logísticas claras (peso, dimensiones, paletización) y una vida útil mínima asegurada en el momento de la entrega.